«Alemania. Años veinte. Nueva objetividad. August Sander» recorre un periodo crucial de la historia alemana, entre la Primera Guerra Mundial y el ascenso del nazismo. El hilo conductor es un diálogo entre 900 obras multidisciplinares de la Neue Sachlichkeit (‘nueva objetividad’, en español) y el trabajo del fotógrafo August Sander: «Menschen des 20. Jahrhunderts». La exposición, que cuenta con el apoyo de la Fundación Almayuda, refleja el florecimiento cultural de la República de Weimar, que llegó a su apogeo en Berlín antes de extinguirse, aniquilado por la gran crisis económica que siguió al crac del 29 y por la llegada de Hitler al poder. 

La Neue Sachlichkeit, o ‘nueva objetividad ’, recibe ese nombre en 1925, cuando el historiador del arte Gustav Friedrich Hartlaub organiza una exposición con ese título en la Kunsthalle de Mannheim, en Baden-Wurtemberg. 

La representación artística en Alemania hace años que ha vuelto a inclinarse con decisión hacia el realismo. La derrota de 1918, el fracaso del periodo revolucionario que la sigue y, más adelante, el advenimiento de la República de Weimar han inducido a los artistas a superar el expresionismo y el idealismo. Su voluntad de deformar la realidad objetiva por medio del prisma de los sentimientos y las emociones da paso a una expresión más neutra, más sobria, más fría, a veces, como ocurre con la escuela Bauhaus, que nace en 1919, precisamente en Weimar. 

El pintor Otto Dix es uno de los grandes artífices de ese periodo y de ese nuevo movimiento. Su retrato de la bailarina Anita Berber ilustra la portada del catálogo de la exposición, que se puede visitar en el Centre Pompidou de París entre el 11 de mayo y el 5 de septiembre de 2022, antes de que viaje al museo de arte moderno de Louisiana, en Dinamarca, donde permanecerá hasta el 19 de febrero de 2023.

Otro gran protagonista de la época y del movimiento es el fotógrafo August Sander. Al finalizar la Gran Guerra tiene 42 años y se convierte en el retratista social de la República de Weimar.

Es a mediados de la década de los veinte cuando concibe su ambicioso proyecto, en el que trabajará hasta su muerte, en 1964: «Menschen des 20. Jahrhunderts», ‘Hombres del siglo xx’. Sanders realiza cientos de fotografías que clasifica en siete categorías: «El agricultor», «El obrero», «La mujer», «Los Estados», «Los artistas», «La gran ciudad» y «Los últimos hombres». 
En cuanto a las fotografías que realiza en la época de Weimar, a Sander le interesa más la condición social de los modelos que sus peculiaridades físicas. Es en ese periodo cuando se adhiere a las ideas de los progresistas de Colonia («Kölner Progressive»), que encarnan las utopías socialistas.

En sus composiciones, en las que representan a explotadores y explotados, estos artistas reflejan el clima de enfrentamiento entre la izquierda y la derecha, marca de una época donde se asocian la fascinación por la racionalización y la eficacia productiva con la crítica social de las condiciones de vida impuestas por la economía.

Una exposición dentro de la exposición

«Alemania. Años veinte. Nueva objetividad. August Sander», patrocinada por Almayuda, propone un doble recorrido: la presentación de las obras de August Sander constituye una especie de herradura que queda dispuesta en el centro de una exposición multidisciplinar donde se relacionan la pintura, la fotografía, la arquitectura, el diseño, el cine, el teatro, la literatura y la música. 

En total, se exponen unas 900 obras emblemáticas de la «Neue Sachlichkeit», repartidas en 8 secciones: «Estandarización», «Montajes», «Las cosas», «Persona fría», «Racionalidad», «Utilidad», «Transgresiones», «Mirar hacia abajo». Estas 8 palabras clave dicen mucho, por sí solas, de una época marcada por acontecimientos económicos y sociales determinantes. 

El fenómeno dominante es la racionalización de la economía y la fascinación por las máquinas, bajo la influencia del modelo (taylorismo, fordismo) y de los capitales de Estados Unidos. Este cambio en los modos de producción supone la estandarización de los modos de vida, así como auténticas revoluciones sociológicas, como por ejemplo el desarrollo del trabajo de las mujeres, que consiguen el derecho de voto en 1919, mucho antes las francesas. 

Al mismo tiempo, se produce una extraordinaria liberación de las costumbres que va teñida de desencanto y de cinismo. Para superar la vergüenza de la guerra y de una derrota incomprendida, la sociedad berlinesa y urbana de esos años se entrega en cuerpo y alma a la diversión y al placer. Es la época del cabaret, del jazz, de la democratización de ciertas artes «elevadas», como el teatro y la ópera (con Brecht y su «ópera de los tres centavos»), de la homosexualidad declarada, del travestismo… 

Todo esto forma parte de esa «nueva objetividad» que la exposición nos muestra. Y lo hace bajo la perspectiva de Sander, cuyos retratos son un hilo rojo que recuerda de manera constante que, en el fondo, la época fue muy dura para la gran mayoría de la población y que contenía todos los ingredientes de un drama por venir.

Resonancias

La exposición reúne así 900 obras de 32 artistas, entre los cuales se encuentra Otto Dix, pionero de la «nueva objetividad». A su ya citado retrato de la bailarina Anita Berber hay que añadir sin falta el de la periodista Sylvia von Harden, pues ambos ilustran por igual a esa «persona fría» tan representativa de la Neue Sachlichkeit. En torno a Otto Dix también se debe citar a George Grosz, a Alexander Kanoldt, a Georg Scholz o a Georg Schrimpf, entre otros, así como a Gerd Arntz, inventor del isotipo y precursor del pictograma, a Paul Renner, creador de la tipografía Futura, etc.

Las obras, contextualizadas por la mirada de August Sander, invitan a acercamientos políticos y a analogías mediáticas entre ayer y hoy, eso que Angela Lampe, comisaria de la exposición y conservadora de las colecciones históricas en el museo nacional francés de arte moderno Centre Pompidou, expresaba así en el programa de France Culture Grande Table des Idées (31 de mayo de 2022): 

«Estamos muy contentos de que algunos visitantes y comentaristas hablen de que el contenido de la muestra resuena, sin la menor duda, en la sociedad actual. Me refiero al auge del populismo e, incluso, del fascismo, que está latente durante aquellos años. Hay también una angustia, que es muy perceptible, y la misma fascinación por las máquinas, por la tecnología. En la actualidad, vivimos en la era digital; en aquella época, la radio era el medio de comunicación de masas. Están también la transgresión, las subculturas, la degradación de las personas… Esos temas de entonces siguen resonando mucho hoy en día.» 

¡Cuidado con las décadas de los veinte, se pueden parecer!


Fotos : DR

Enlaces útiles
https://www.centrepompidou.fr/fr/